sábado, 5 de noviembre de 2011

.:: ROJO AMANECER ::.

Sinopsis:
Un departamento del multifamiliar Chihuahua, en el conjunto habitacional Tlatelolco de la ciudad de México. Son los días de mayor efervescencia del movimiento estudiantil del 68. La mañana del 2 de octubre una familia de clase media -padre burócrata, madre ama de casa, abuelo ex-militar jubilado, dos hijos preparatorianos y dos chiquillos de primaria- se prepara para un día normal. Al transcurrir las horas, la familia se verá atrapada enmedio de la represión política más sangrienta del México moderno.

Comentario:
En el cine mexicano, las referencias directas a la realidad nacional han sido escasas y esporádicas. Tal parece que existe una voluntad por desviar al cine de los momentos conflictivos de la historia nacional. Por ello, una cinta como Rojo amanecer debe analizarse tomando en cuenta su carácter de excepcional.

Los acontecimientos del 2 de octubre de 1968 significaron para México la primera herida profunda desde la consolidación del modelo PRI-gobierno. Lógicamente el cine nacional -que ha dependido del gobierno en gran medida para sobrevivir- se enfrentaba a un enorme obstáculo al querer abordar este tema.
Rojo amanecer se atrevió a romper el silencio que mantuvo el cine respecto a un tema que aún divide a muchos mexicanos. De manera ingeniosa, aprovechando los escasos recursos económicos disponibles para su realización, el filme recurre a un solo espacio -el departamento familiar- para narrar la historia de los hechos de aquel día.
Ese espacio cerrado contiene en su interior un microcosmos representativo de la sociedad mexicana de la época. En el interior de esa familia existe un conflicto generacional, reflejo del que está a punto de estallar en las calles de la ciudad de México.
Filme impactante que sacude la conciencia del público, Rojo amanecer posee una resonancia especial porque los hechos que narra están presentes en la memoria del espectador mexicano. No es una cinta que pretenda analizar las causas y efectos del movimiento, ni denunciar a un Estado totalitario y represivo. Es más la crónica de una noche en la que se perdieron los límites de la cordura e imperó el terror.
1968 sigue siendo, como muchos momentos conflictivos de la historia nacional, un tema aún no explorado del todo. En este sentido, el valor de Rojo amanecer es el de ser el primer filme que se atreve a tocar la herida. Aún con ello, falta mucho por decir acerca de ese año que cambió la historia del México moderno.

MARCELINO GARCIA BARRAGAN.

PERIODO 
1/o. diciembre 1964 al 30 noviembre 1970. 

Secretario de la Defensa Nacional
BIOGRAFÍA

Nació el 2 de junio de 1895 en Cuautitlán, Jal., siendo sus padres Luis García y Virginia Barragán. Inició su carrera militar al incorporarse a la Brigada Juárez, dependiente de la División del Norte con el grado de Subteniente.

El 15 de mayo de 1915 se incorporó al Ejército Constitucionalista. Durante su carrera militar participó en más de cincuenta hechos de armas. En 1921 ingresó al Colegio Militar como Oficial en Instrucción. Ascendió por riguroso escalafón hasta el grado de General de División. 

Desempeñó los siguientes cargos: Director del Heroico Colegio Militar; Gobernador del estado de Jalisco; en la Dirección General del Personal; Comandante de la 17/a. Zona Militar y Secretario de la Defensa Nacional a partir del 1/o. de diciembre de 1964 al 30 de noviembre de 1970.

Fue el primer ex-alumno del Colegio Militar que en la etapa de 1920 a 1973, se desempeñó como titular de la Defensa Nacional. 

Falleció el 3 de septiembre de 1979 en su estado natal.
PARTICIPACIÓN EN LA MATANZA DE TLATELOLCO EL 2 OCT 1968
No es la verdad jurídica, pero sí la verdad histórica: la matanza de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco se produjo porque ese 2 de octubre de 1968 hubo un complot entre dos de los militares con mayor rango y poder dentro del ejército: los generales Luis Gutiérrez Oropeza y Mario Ballesteros Prieto, jefes del Estado Mayor Presidencial y del Estado Mayor de la Defensa Nacional, respectivamente.
Ambos generales desacataron las instrucciones expresas de su jefe, el secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán, y le ocultaron que sin su consentimiento enviaron a 10 francotiradores con metralletas a los edificios que rodeaban la Plaza de Tlatelolco.
Desde las ventanas del piso 12 del edificio Molino del Rey, más exactamente en los departamentos 1201, 1202 y 1203, en que esos francotiradores estaban apostados, surgieron los primeros disparos hacia los estudiantes y los soldados, lo que devino en la balacera que tuvo el saldo hoy conocido: decenas de muertos, entre estudiantes, niños, mujeres y algunos soldados.
De acuerdo con el libro 1968: Todos los culpables, escrito por Jacinto Rodríguez Murguía, existen decenas de documentos en el Archivo General de la Nación y testimonios que avalan el papel de estos dos generales en lo que el propio García Barragán llamó “una trampa al ejército”.
El 2 de octubre de 1968 lo único que no falló fue el informe del tiempo, que pronosticó que el alba abriría a las 6:43 horas y que la puesta del sol, los últimos instantes de luz, ocurriría a las 18:53. Así fue.
No todas las señales apuntaban a que el conflicto llegaría a su final. Por el contrario, las complicaban. Desde temprano, durante toda la mañana del 2 de octubre, se registraron movilizaciones militares y policiacas en toda la ciudad. Cuatro referencias de los acomodos estratégicos realizados esa mañana lo confirman.
Mientras la preparacion de los juegos olimpicos cintinuaban y el moviento estudiantil esperaba la posibilidad de negociazion en el Campo Militar Número 1. Muy temprano, a la hora que impone la disciplina militar, el general de división Marcelino García Barragán se sentaba a definir las estrategias militares de ese día con el cuerpo de élite y de la Dirección Federal de Seguridad. Todos los detalles, para que nada fallara.
La táctica del general Barragán: desplazar desde ya una compañía del ejército para ocupar varios departamentos contiguos al edificio Chihuahua, con vista abierta a la plaza. La estrategia: detener a todos los líderes del Consejo Nacional de Huelga. Ése era su plan: acabar con el movimiento estudiantil de manera definitiva.
El mismo Marcelino Barragán relata la reunión que tuvo a primera hora con el capitán Gutiérrez Barrios: “Estaba en mi despacho [...] planeando la forma de terminar con el movimiento; en esos momentos llegó el capitán Barrios de quien esperábamos sus informes para completar mi plan […] Reunidos en mi despacho, escuché todos los informes y pregunté al capitán Barrios: ‘¿Podremos encontrar en el edificio Chihuahua algunos departamentos vacíos, donde meter una compañía?’”.
Cuando dice “esperábamos”, se refiere a la plana mayor de los mandos militares. Uno a uno: el general Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial, y Mario Ballesteros Prieto, jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional…
Al mismo tiempo que en las escuelas se planeaba el mitin, militares vestidos de civil iban tomando posiciones para la batalla, con armas y todo, en las azoteas, en el templo de Santiago y en los departamentos de esa multitud de edificios de Tlatelolco y Nonoalco. Cajas llenas de humanidad.
A partir de estas acciones se da comienzo a la operación Galeana a la 4:30pm aproximadamente y aproximadamente a las 6:30pm comienza el tiroteo a partir de la señal ‘las vengalas’en plaza de Tlatelolco en el edificio Chihuahua.